Comarca por descubrir, la Anoia sorprende al visitante por su amplio abanico de oferta turística, con posibilidades que incluyen ir en bicicleta, hacer senderismo, descubrir experiencias únicas como zambullirte en pozas y disfrutar de espléndidos saltos de agua.
La naturaleza está presente de manera esplendorosa, así como la cultura. Y no hay mejor manera de acercarse a ellas que a través de sus mercados, como la Feria del Camí Ral en Vilanova del Camí o la Feria de la Candelera en La Pobla de Claramunt, acontecimientos llenos de tradición.
Si por algo es conocida la comarca es por su relevancia paleontológica: un paisaje lleno de fósiles que ha propiciado el impulso del Centro de Restauración e Interpretación Paleontológico (CRIP) en Hostalets de Pierola.
Se trata de un yacimiento excepcional famoso en todo el mundo gracias a hallazgos como el del Pierolapithecus catalaunicus, conocido popularmente con el nombre de Pau. Los restos de este primate son el primer peldaño conocido de la evolución hacia el orangután, el gorila, el chimpancé y el hombre.
Esta colección de fósiles es una de las más ricas del mundo y, a partir de ella, el CRIP desempeña una importante tarea de divulgación para conservar este patrimonio y que las futuras generaciones puedan disfrutar de él.
Actividades diferentes rebosantes de historia
En la Anoia hay también propuestas que llaman la atención por su singularidad. Es el caso del tramo final del camino ignaciano, una actividad a medio camino entre la espiritualidad y el deporte que se basa en recorrer los parajes donde Ignacio de Loyola empezó su cambio más profundo.
Lugares donde se puede palpar el paso del tiempo. Pequeños pueblos rodeados de campos en los que el carácter industrial ha dejado su huella. Una ruta que puede culminar en el Centro de Interpretación Ignaciano de Cal Maco, en Igualada, que también cumple las funciones de albergue de peregrinos, y donde encontrarás diferentes iniciativas sobre la vida de este santo.
Si quieres profundizar en la vertiente religiosa de la comarca, nada mejor que llegar hasta el Centro de Interpretación del Patrimonio Religioso de la Anoia, Art Ecclesia. Lo encontrarás en el núcleo de Segur del municipio de Veciana, y podrás descubrirlo en la antigua iglesia de Santa Maria.
Se trata de un espacio especial desde donde iniciar un viaje de descubrimiento del patrimonio religioso comarcal desde el románico hasta el barroco, todo mientras disfrutas de las inmejorables vistas sobre la meseta de Calaf.
Desde allí podrás visitar Sant Pere de l’Arç, joya barroca escondida por los caminos de Calonge de Segarra, un premio inesperado que disfrutarán quienes se acerquen a esta pequeña iglesia.
Este viaje al pasado que supone la comarca no termina aquí. Y desde Anoia Patrimoni te ayudarán a encontrar el itinerario que mejor se adapte a ti. Por ejemplo, puedes descubrir su pasado medieval con castillos como Mirambell, Òdena y tantos otros, y también núcleos urbanos del mismo periodo como El Bruc, Copons, Igualada o La Pobla de Claramunt.
Después puedes viajar de golpe hasta la época de la industrialización, en el siglo XIX, y conocer el pasado minero de la comarca. Y es que en zonas como la Alta Segarra llegó a haber más de doscientas cincuenta minas que extraían carbón y cambiaron la fisonomía del territorio.
Sus vestigios pueden visitarse en Mina Vicenta, el primer espacio de explotación de lignitos recuperado en el territorio, que estuvo en marcha durante casi un siglo, o también en Mina Asunción, una mina singular en la que podrás conocer las vicisitudes de este tipo de explotaciones en la Anoia.
En definitiva, la Anoia es una comarca llena de secretos por descubrir, apta para toda la familia.