Con calles empedradas y rodeada de un paisaje espectacular, Rupit i Pruit es una de las poblaciones más bonitas de Cataluña. Este pequeño municipio de la comarca de Osona, formado por dos núcleos históricos, conserva intacta su esencia medieval mientras apuesta por el turismo sostenible para ofrecer al visitante una experiencia plena y respetuosa con su patrimonio y entorno privilegiados.
Pueblos con encanto
Situados en el corazón del Collsacabra, en la comarca de Osona, Rupit y Pruit son dos pueblos que, desde 1977, forman un único municipio, de poco más de doscientos habitantes. Rupit se encuentra al abrigo de una gran peña, sobre la que descansan los restos de un castillo del siglo X, y mantiene su encanto medieval perfectamente conservado en las casas rústicas de los siglos XVI y XVII y la iglesia barroca de Sant Miquel. El singular puente colgante de madera, por el que tendrás que pasar para acceder a la población, es otro de sus emblemas. A pocos kilómetros, la iglesia de Sant Andreu preside Pruit, un conjunto de masías, algunas de gran belleza, que evocan la vida agrícola tradicional.
Compromiso con el turismo de calidad
Esta inolvidable estampa le ha valido a Rupit i Pruit el distintivo de Pueblo con Encanto, que la Agencia Catalana de Turismo otorga a municipios que presentan un atractivo o belleza especial y que actualmente solo tienen doce localidades. Además, otros reconocimientos avalan a la población como destino de calidad. El sello Best Tourism Village of the World de ONU Turismo y la adhesión al Compromiso por la Sostenibilidad Turística Destino Barcelona destacan su compromiso con el turismo sostenible, mientras que el distintivo Espacio con un Cielo Nocturno de Calidad premia sus esfuerzos contra la contaminación lumínica.
Para preservar la autenticidad del municipio y garantizar una experiencia agradable para visitantes y vecinos, el Ayuntamiento impulsa medidas como el aparcamiento regulado, que se encuentra en la entrada. Esta iniciativa, además de poner a disposición del turista puntos de carga para vehículos eléctricos, evita aglomeraciones en el centro histórico, mejora la seguridad y contribuye a la conservación del patrimonio local, ya que los fondos recaudados se destinan a restaurar elementos emblemáticos del municipio, como la antigua herrería de Can Rovira, única en Cataluña.
Experiencias para todos
Rupit i Pruit también apuesta por un turismo accesible gracias a La Mirada Táctil, una iniciativa de la Diputación de Barcelona que consiste en un itinerario cultural adaptado a las diferentes necesidades de personas con discapacidad visual, auditiva, intelectual o trastorno del espectro autista. Las familias también van a encontrar actividades a medida para ellas. La aventura "Descubre Rupit con Rupes" permite a los niños conocer el pueblo a través de un recorrido lleno de juegos y retos, y con el "Caçations" los más pequeños pueden encontrar su propio tió de Navidad en el bosque.
Los amantes de la buena cocina, especialmente de la casera y de montaña, no pueden dejar de visitar los restaurantes de proximidad y las tiendas artesanas para probar embutidos y quesos de la zona, además de la famosa coca de la abuela.
Un paraíso natural por explorar
Rodeado de torrentes, bosques frondosos, peñascos y saltos de agua, el municipio forma parte del Espacio Natural Protegido del Collsacabra, un lugar de gran valor ecológico que puedes conocer haciendo senderismo o BTT. Entre las rutas más destacadas se encuentra el camino hacia el Salt de Sallent, la cascada más alta de Cataluña, y el mirador de l'Agullola, con unas vistas espectaculares. Tampoco os podéis perder las rocas encantadas, un conjunto de bellos bloques de piedra de diferentes formas rodeados por un magnífico hayedo, el valle de Sau ni tampoco las pequeñas edificaciones románicas que encontraréis diseminadas por la montaña.
Ya sea en un día, un fin de semana o unas vacaciones, Rupit i Pruit enamora a todo aquel que lo visita.