Justo en medio del Born de la Barcelona, hay un comercio que está impulsando una auténtica revolución en el mundo de la moda. Ozz, la tienda que aglutina a diseñadores que apuestan por la sostenibilidad.
Un establecimiento que funciona como plataforma que da visibilidad a marcas emergentes. Siempre elegidas por su apuesta por la responsabilidad ambiental, la mayoría son talleres locales kilómetro cero, aunque también llevan ropa de diseñadores de otros puntos de Europa que cumplen estrictos criterios ecológicos.
Así, se trata de un negocio que va a contracorriente del sector de la moda, que tiene la mayoría de sus fábricas externalizadas en Asia. Lo bueno es que esta producción próxima permite un mayor control de todo el proceso y Ozz puede asegurarse, de este modo, de que las prendas se fabrican de una determinada manera.
Son siempre tiradas limitadas que no caen en el exceso de stock. Es decir, no producen más piezas de las que puede absorber el mercado, y evitan así que determinados productos se queden sin salida y ello repercuta en su excesiva huella ambiental. De este modo, se evita una producción masiva y contaminante.
Y es que la industria de la confección es una de las más perjudiciales para el clima. Según datos de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), sus emisiones son mayores que las de todo el tráfico aéreo y marítimo mundial.
El principal motivo de esta enorme incidencia ambiental de la moda es que una sola pieza se usa tan solo una media de diez veces antes de tirarse a la basura.
Ozz está convencida de que existe una alternativa a esta filosofía de un solo uso. Por eso apuestan por un modelo de negocio responsable que tenga en cuenta las consecuencias de su actividad para el medio ambiente.
Piezas de más calidad
Con respecto a su rentabilidad, si bien el precio de las prendas que ponen en el mercado es ligeramente superior al de las cadenas de ropa, lo cierto es que el incremento en el coste no es muy grande. Por otra parte, la diferencia en la calidad es realmente notable, ya que las prendas que comercializa Ozz están pensadas para tener una durabilidad superior.
Así, en lugar de comprar tres piezas, podemos comprar una de mejor calidad. Por ello,
al cabo del año el consumidor no nota el sobrecoste en su bolsillo.
La filosofía de Ozz Barcelona es que hay que cambiar los hábitos para cuidar nuestro planeta. Ya no se trata de comprar por impulso, sino que nuestro posicionamiento en la moda tiene que ser consciente.
Una apuesta que empieza ya a dar sus frutos, porque entre su cada vez más numerosa clientela se nota el compromiso creciente con la sostenibilidad. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero el consumo responsable ya no tiene vuelta atrás.