El Parlamento y el Consejo Europeo han llegado a un acuerdo sobre la regulación de los alquileres de corta duración. Pretenden aumentar la transparencia en el sector y establecer reglas claras para anfitriones y plataformas sobre recogida e intercambio de datos.
El pasado 16 de noviembre, el Parlamento y el Consejo Europeo alcanzaron un acuerdo provisional sobre el proyecto de reglamento de recogida e intercambio de datos de los alquileres a corto plazo, con el objetivo de promover un ecosistema turístico equilibrado dentro de la Unión Europea y aumentar la transparencia de esta actividad.
Las nuevas reglas incluyen la concesión de un número de registro único que se mostrará en los sitios web de las propiedades, y que tiene el objetivo de mejorar la recopilación y el intercambio de datos entre anfitriones y plataformas en línea.
Este censo proporcionará información clave a las autoridades que deseen abordar el impacto de los alquileres a corto plazo en las comunidades locales. Una iniciativa de un alcance muy relevante teniendo en cuenta que este tipo de alquileres suponen la cuarta parte de los alojamientos turísticos de la UE.
Medidas que buscan regularizar el sector
La propuesta de reglamento sobre los alquileres de corta duración quiere impulsar medidas centradas en tres puntos clave.
Para empezar, el acuerdo quiere promover un registro en línea más sencillo, gratuito o con un coste proporcional, para las propiedades en alquiler a corto plazo en aquellos países de la UE que lo requieran. Además, una vez completado el trámite, los anfitriones recibirán un número de registro que les permitirá alquilar su propiedad, y con ello las autoridades pertinentes podrán conocer la identidad del anfitrión y verificar su información.
Por otra parte, la propuesta de nuevo reglamento pretende que los servicios de alquiler sean más seguros. Por eso, las plataformas en línea deberán garantizar que el número de registro del anfitrión permita a los usuarios identificar la propiedad en el anuncio y que la información sea fiable y completa. Las autoridades podrán suspender los números de registro, reclamar la eliminación de listados ilegales o imponer sanciones a las plataformas y huéspedes que no cumplan.
Finalmente, en cuanto a la transmisión de datos, los Estados miembros establecerán un punto de entrada digital único para recibir los datos de las plataformas sobre la actividad del anfitrión.
Todas estas medidas permitirán mejorar la transparencia en el ámbito del alquiler del alojamiento a corto plazo, lo que incrementará la confianza de los viajeros.
Además, los datos recogidos se utilizarán para ayudar a diseñar políticas turísticas. Todo ello garantizará la sostenibilidad social y ambiental y, al mismo tiempo, ayudará a controlar las actividades ilegales.
Después de su entrada en vigor, los Estados miembros dispondrán de 24 meses para adaptar sus sistemas de registro y crear la infraestructura necesaria sobre tecnología de la información.
El alquiler de apartamentos, casas o habitaciones por periodos cortos de tiempo se ha convertido en una forma habitual de alojamiento para turistas y viajeros, impulsado por las plataformas en línea como Airbnb, Booking, TripAdvisor o Expedia.
Si bien estos alquileres turísticos aportan beneficios para los anfitriones, los turistas y algunos destinos, el auge de este fenómeno también es motivo de preocupación para las comunidades locales, ya que genera presión en algunos barrios, impacta en los precios y provoca la falta de vivienda asequible. Además, puede suponer una competencia desleal para los establecimientos reglados. Unas consecuencias indeseables que el nuevo reglamento europeo espera combatir.