La sociedad es cada vez más consciente de la importancia de la responsabilidad ambiental de las empresas. Las opiniones de los consumidores cuentan más que nunca, y por eso las empresas se esfuerzan por demostrar que el trabajo bien hecho no es solo presentar un buen producto, es también tener una política de respeto a todo lo que le rodea. Y en el caso del sector alimentario, el foco aún es más exigente.

D’Oliciós es un proyecto nacido en el Penedès que une tradición, innovación y, sobre todo, respeto por el medio ambiente. No se trata solo de producir una botella de aceite, sino de velar por que tanto el envase como lo que contiene sean el resultado de un compromiso firme con la tierra, la biodiversidad y la comunidad.

Un legado que cuida el futuro

La historia arranca muchos años atrás. A lo largo de varias generaciones, el cultivo de los olivos ha marcado la trayectoria de la familia y del proyecto D’Oliciós. El camino todavía continúa, ahora con una mirada moderna y sostenible. Esto se consigue con la aplicación de técnicas de cultivo ecológico, sin utilizar ningún tipo de pesticida químico y protegiendo la salud del suelo con cubiertas vegetales y compostaje. Además, se fomentan hábitats para que los insectos polinizadores puedan vivir sin ningún tipo de estrés ambiental, y también se establecen colaboraciones con entidades locales para conservar el entorno.

Certificaciones que avalan el compromiso

Fruto de este esfuerzo y de esta toma de conciencia, el proyecto D’Oliciós forma parte del Compromiso para la Sostenibilidad Turística Destino Barcelona, que reconoce el trabajo realizado para un turismo responsable y sostenible. Esto es debido a las experiencias turísticas inmersivas que organizan, que permiten conocer el proceso de producción ecológica y disfrutar de actividades relacionadas con el aceite de oliva virgen extra.

Además, en esta línea, también dispone de la certificación del CCPAE (Consejo Catalán de la Producción Agroecológica) y el sello europeo de producción ecológica (Eurofulla), que garantizan que cada gota de aceite respeta los estándares más exigentes en sostenibilidad.

Un proceso de producción responsable

Una de las cualidades de D’Oliciós que le otorga este carácter especial es la extracción en frío. Porque no solo preserva las propiedades organolépticas de la aceituna, sino que reduce el consumo energético (y eso, evidentemente, tiene un retorno ambiental destacable). Para ir un paso más allá, en el proceso de producción del aceite, se han implementado sistemas de gestión eficiente del agua, con la reutilización de recursos para minimizar el impacto ambiental. Cabe decir que todo esto forma parte de una filosofía clara: producir calidad sin comprometer el planeta y cuidando de él.

La sostenibilidad también puede ser social. Y es una extensión que D’Oliciós pone en práctica con condiciones laborales justas, formación continua para los trabajadores y trabajadoras y participación en proyectos de desarrollo local. Es la ética de la responsabilidad llevada a prácticamente todos los ámbitos de la producción.

Un aceite premiado

Todo este esfuerzo no ha sido en vano. Aparte de la satisfacción del convencimiento de ayudar a preservar la biodiversidad de la tierra, su trabajo ha recibido importantes reconocimientos. El premio al mejor Aceite de Oliva Virgen Extra Frutado Maduro en la categoría de pequeño productor en Cataluña confirma que la calidad y la sostenibilidad no solo pueden ir juntos, sino que además pueden convertirse en la piedra de toque de un proyecto pequeño pero con la mirada bien alta y bien enfocada.

Descubre el proyecto en www.dolicios.com.