Club Náutico El Balís (Sant Andreu de Llavaneres, el Maresme)
En la localidad de Sant Andreu de Llavaneres, situada en la comarca del Maresme, hay un puerto diferente donde no solo se disfruta del mar, sino que también se ha hecho una apuesta firme por el medio ambiente, que rehúye el greenwashing y pone en práctica acciones para hacer frente a la crisis climática con rigor.
Por eso, han impulsado un proyecto junto con la Cátedra de Economía Circular y Sostenibilidad del Tecnocampus de Mataró en el que, aprovechando la reconstrucción del puerto que tendrá lugar los próximos años, han establecido un itinerario de implantación de buenas prácticas ligado a la oportunidad que supone la renovación de la infraestructura.
Así, han empezado por la implantación de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética. Han instalado placas fotovoltaicas en la cubierta del club social, buscando el objetivo de producir ellos mismos la electricidad que necesitan.
Además, han renovado las torretas, que son los puntos donde las embarcaciones del club se conectan para proveerse de electricidad y agua. Hasta ahora, estas torretas no eran inteligentes y no se podía saber lo que gastaba cada uno, sino que todo el mundo pagaba una misma tarifa.
Ahora, una nueva generación de torretas, destinada a las esloras que más gastan (de 12 a 30 metros), facilitará la monitorización del consumo de cada amarre y permitirá cargar a cada embarcación el importe real de la electricidad que ha utilizado. Este hecho, por sí mismo, posibilitará la toma de conciencia de los patrones con respecto al ahorro energético.
Esta acción no vendrá sola, sino que irá acompañada de incentivos para reducir el consumo, incluida una campaña de sensibilización. Una iniciativa que es tan solo el principio de un proyecto con mucho más recorrido.
En el futuro, ya con el nuevo puerto en marcha en el 2026, se quieren conseguir objetivos de mayor envergadura, como la incorporación del ecodiseño a las embarcaciones y un servicio de reparación que utilice materiales sostenibles. Avanzando, paso a paso, hacia la sostenibilidad de la flota náutica.
Además, El Balís también ha impulsado un conjunto de iniciativas que van desde la puesta en marcha de pulsadores en los grifos de agua para favorecer el control hídrico en el contexto de la sequía actual hasta la incorporación de vehículos no contaminantes como bicicletas y motos y buggies eléctricos por parte de marineros y del equipo de seguridad del puerto náutico.
La mejor arma contra la contaminación, la prevención
Por otra parte, para prevenir la contaminación marina y terrestre durante las actividades de navegación, han puesto en marcha un plan que pone especial énfasis en evitar el vertido de las filtraciones de las embarcaciones. Y la forma de hacerlo son las acciones de formación y poner los elementos de emergencia necesarios al alcance de todos los usuarios del puerto.
El foco contra la polución no solo lo hacen recaer sobre los navegantes, sino que desde el propio puerto se han emprendido acciones para minimizar la generación de residuos, promoviendo una mejora en la gestión.
Para avanzar en estas tareas de sensibilización, desde El Balís organizaron un ciclo de charlas sostenibles en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Centrándose en el cambio climático, los socios han podido escuchar las reflexiones de Miguel Ángel Mateo, ecólogo experto en las praderías de plantas de posidonia, y de Fernando Valladares, especialista en esta transformación global.
Esta no es la única iniciativa de divulgación ambiental que ha impulsado este centro de ocio deportivo. Una de sus actividades estrella es Let's Clean Europe, un proyecto que busca alertar a la ciudadanía sobre el problema del vertido de residuos en espacios naturales y promover cambios de hábitos a través de acciones de limpieza del entorno. Su última edición convocó a una cincuentena de voluntarios que retiraron un total de 120 kg de desperdicios de las playas de Sant Andreu.
Estos son solo algunos ejemplos de acciones que forman parte de la estrategia que ha llevado a cabo esta zona de ocio náutico para obtener la certificación Biosphere.
Desde El Balís están orgullosos de haber emprendido este camino hacia la sostenibilidad y, a pesar de ser conscientes de que todavía quedan muchas áreas de mejora, ya se están acercando al objetivo de conseguir unas instalaciones con el menor impacto ambiental posible. Porque disfrutar del ocio no tiene que estar reñido con cuidar del entorno.