Hotel Barcelona Princess, BCN
Un establecimiento de alto standing que trabaja continuamente para comprometerse con la comunidad, impulsando iniciativas que lo acerquen al barrio. Este es el rasgo diferencial del Hotel Barcelona Princess, establecimiento especializado en congresos que cuenta con una política de responsabilidad corporativa que lo ha convertido en un referente del sector.
Su joya de la corona es el programa Princess 360, cuyo objetivo es incorporar a personas en riesgo de exclusión social en la plantilla. Una acción que empezó como una terapia de choque frente a los efectos devastadores de la crisis de finales de los años 2000 y que, hoy en día, es el orgullo de sus trabajadores y trabajadoras.
El vínculo con el barrio, signo de identidad del hotel
Al poco tiempo de que este hotel de 4 estrellas superior abriera sus puertas, se produjo una situación paradójica. Ubicado en Diagonal Mar, en un entorno de lujo, se encontraba también junto a barrios que, en 2008, quedaron arrasados por la recesión.
Zonas que acarreaban dificultades sociales y toda su problemática vieron cómo se hundía el precario equilibrio económico de muchas familias. Mientras la degradación saltaba a la vista, los turistas continuaban visitando la ciudad.
Entonces, un grupo de empresas se reunieron y decidieron que lo mejor que podían hacer era vehicular las ofertas de trabajo que surgieran en el sector turístico hacia los habitantes del barrio: Sant Martí, Besòs, la Verneda, Sant Adrià... Se trata de un ámbito con mucha rotación de personal, así que las impulsoras de esta iniciativa convirtieron un problema en una oportunidad.
Ahora, el proyecto ya ha dado sus frutos: desde 2010 hasta 2022, se han incorporado 151 personas al Princess. Esto no significa que todas se hayan quedado. Pero para determinados perfiles como ex-presos, mujeres que han sufrido malos tratos o parados de larga duración, un puesto de trabajo significa algo que les da confianza para seguir su camino.
Princess 360 es, sin lugar a duda, el programa del que está más orgulloso el personal del hotel. Sobre todo, porque ayudan a personas de barrios cercanos y se trata de vecinos y vecinas que acaban formando parte del equipo. Pero esta acción no es la única.
El compromiso del Hotel Princess viene de lejos, y son muchos los proyectos en los que se ha implicado. Por ejemplo, para llevar a cabo la recogida selectiva, ya en el lejano 2004, decidieron contar con Trinijove, una fundación que trabaja por la inserción sociocultural de las personas con riesgo de exclusión social, con quienes firmaron un contrato de prestación de servicios.
Por otra parte, el hotel es cuidadoso a la hora de seleccionar a sus proveedores y es sensible a las entidades que, además de facilitarle productos necesarios, pueden hacer un bien a la sociedad. Es el caso de la cooperativa Nom dona la gana, también de Sant Martí, en la que trabajan mujeres maltratadas que confeccionan mermeladas artesanas con fruta de proximidad.
Buscando nuevos retos sociales
Se trata de colaboraciones que el hotel busca activamente. Por eso, impulsan actividades que fortalezcan sus vínculos con el barrio. Como la limpieza, dos veces al año, de los alrededores del río Besòs; donde han llegado a recoger más de 1000 kilos de residuos en una sola jornada. O la participación voluntaria del equipo del hotel, un día al mes, en un comedor social próximo, donde reparten 300 menús semanales.
El compromiso del Princess con su entorno ha tomado impulso y sus iniciativas son muchas y variadas. Como la recogida de juguetes para los más pequeños, en la que han llegado al punto de que cada niño o niña recibe el juego concreto que ha pedido. O el proyecto Make a wish, con el que se esfuerzan por cumplir el último deseo de menores con enfermedades terminales, llegando a montar un auténtico Masterchef en las cocinas del hotel.
Todo ello ha creado una atmósfera de compañerismo diferente entre la plantilla de la empresa. Son acciones que unen y acaban convenciendo a todo el mundo de que, con esfuerzo, cualquier idea puede salir adelante.
Solo hay un pequeño problema; que ahora les cuesta mucho encontrar nuevos retos. Y ya están pensando en involucrar a los clientes en su causa, con proyectos como la reducción del excedente alimentario de los bufés libres. Un círculo virtuoso, hotel, trabajadores y clientes, que supone una magnífica oportunidad para mejorar el entorno.