El movimiento de las joyerías conscientes crece en Barcelona, que optan por proveedores de confianza y exploran nuevas vías para ser más sostenibles.
Uno de los problemas tradicionales de la joyería ha sido el origen de su materia prima. Dado que muchas veces procedía de países en vías de desarrollo y con multitud de intermediarios, resultaba difícil asegurar que las condiciones de extracción eran las más justas.
Por suerte, el sector ha hecho un esfuerzo para mejorar la trazabilidad de sus productos y ha encontrado formas de garantizar el trabajo digno en toda su cadena de valor. Es el caso de Juia Jewels, que utiliza el certificado Fairmined para garantizar que en las minas de donde se extrae el oro, los trabajadores y trabajadoras tienen sueldos dignos y buenas condiciones laborales.
Esta joyería trabaja, desde hace 5 años, con la misma explotación minera, en Colombia. Se trata de una cooperativa que compagina esta actividad con la plantación de café, una muestra de cómo mantienen la salud ambiental de su finca.
O también el caso de la joyería Tass, que busca proveedores que devuelvan una parte de los beneficios a la población local; recurriendo, así, a gemas que provienen de entornos controlados. Para dar a conocer a los consumidores esta iniciativa, han puesto en marcha la colección Hope, exclusiva con este tipo de minerales, en la que se certifica la trazabilidad de la piedra y su quilataje.
Además, Tass Joies ha ido un paso más allá y una parte importante de su producción se basa en el trabajo con metales reciclados procedentes de la Unión Europea. Una apuesta parecida a la que ha hecho Joieries Gatnau, que utiliza oro y plata 100 % reciclados y, directamente, solo produce a escala local.
En Gatnau, además, los diamantes provienen de proveedores acogidos al Protocolo de Kimberley (Kimberley Process), organismo que certifica que se extrajeron en zonas libres de conflictos bélicos.
Embalaje sostenible
Por otra parte, Juia Jewels también utiliza como packaging cartón reciclado procedente de bosques reforestados que pertenecen a un circuito cerrado, y, en el ámbito de los suministros, intentan contratar con proveedores que sean verdes y locales.
En cuanto a las prácticas en el taller, usan la mínima cantidad de productos químicos posible y hacen un buen tratamiento de estos una vez son residuos.
En Tass Joies también han reducido los plásticos y los han sustituido por materiales reciclables, como por ejemplo los envoltorios que protegen las joyas, que ahora son de virutas de cartón.
En el caso de Gatnau, se aseguran de que el packaging de cartón reciclable tenga la certificación FSC, sea respetuoso con el medio ambiente y esté libre de plásticos, cerrando así un círculo de joyería ecológica desde el principio del proceso hasta el fin.
Joyerías responsables que intentan que sus prácticas sean lo más sostenibles posible y siempre bajo revisión para mejorarlas.