ChocoFIRO, una dulce historia de emprendimiento familiar

1 de octubre de 2024

Casos de éxito

ChocoFIRO, una dulce historia de emprendimiento familiar

Con más de treinta años de historia, ChocoFIRO es uno de los establecimientos más emblemáticos de L’Eixample. Fruto de la iniciativa de la pareja formada por Rocío y su marido Fidel, este negocio familiar ha sabido combinar la pasión por el chocolate, una gran visión empresarial y una filosofía de gestión responsable. Así, ChocoFIRO se ha convertido en un referente tanto por su exquisito catálogo de bombones, turrones y monas de pascua como por su decidida apuesta por un mundo más sostenible.

Los inicios en plaza de la Universitat

El origen de ChocoFIRO se remonta a finales de los años ochenta cuando Rocío López, psicóloga de formación, descubrió el arte de la pastelería mientras trabajaba en la histórica chocolatería de la plaza de la Universitat de Barcelona, ciudad a la que había llegado tras emigrar con su marido desde Galicia. Con el apoyo de Fidel y motivada por una constante búsqueda de la excelencia, decidió emprender su propia aventura y fundar un pequeño negocio dedicado al chocolate.

Así nació el Grupo FIRO, bautizado con una fusión de sus nombres, y abrió sus puertas ChocoFIRO. Los primeros años estuvieron marcados por el esfuerzo y la renovación continua, pero desde siempre se han mantenido fieles a las técnicas tradicionales de elaboración y han apostado por fusionar el chocolate con el mundo del regalo y la decoración, en homenaje a aquella primera experiencia de Rocío en la plaza de la Universitat.

Innovar y crecer

Pese a ser un negocio con una base muy tradicional, la innovación forma parte del ADN de ChocoFIRO. Así, además de los bombones clásicos, cada año sorprenden a los clientes con novedades llenas de creatividad, como el turrón de jamón o el de patatas chips. Desde lotes de Navidad y regalos de empresa hasta opciones para celíacos, el catálogo de ChocoFIRO se ha ido ampliando y adaptando a las nuevas necesidades de los consumidores.

Su éxito se ha expandido más allá de la bombonería con proyectos como FIROtast, un espacio de degustación ideado por Fidel donde los clientes pueden saborear una cocina de inspiración gallega que ha ido evolucionado con unas propuestas cada vez más elaboradas. Más adelante, en 2016, inauguraron PetitFIRO, un restaurante de platillos con un estilo más informal que mantiene la esencia del Grupo FIRO, con una cocina mediterránea y de mercado que pone el foco en el producto de calidad y de proximidad.

Una empresa familiar con valores

ChocoFIRO no solo destaca por su oferta gastronómica, sino también por su compromiso con el medio ambiente y las prácticas sostenibles. Con su adhesión al Compromiso para la Sostenibilidad Turística Destino Barcelona, la bombonería ha implantado varias medidas para reducir el impacto ambiental de su actividad. Así, ha dado pasos significativos en distintos ámbitos para garantizar un negocio más responsable y respetuoso con el planeta, como utilizar únicamente energía eléctrica de origen renovable, llevar a cabo una rigurosa separación selectiva de residuos y modernizar sus instalaciones para gastar menos recursos.

Más allá de la sostenibilidad medioambiental, la empresa desarrolla una política de responsabilidad social que incluye la colaboración con varias ONG e iniciativas solidarias. Además, su apuesta por proveedores locales y productos de proximidad, como la almendra marcona, refuerza su vínculo con el territorio y su voluntad de contribuir a la economía local.

Rocío y Fidel demuestran que es posible combinar artesanía, creatividad y sostenibilidad en un proyecto de largo recorrido sabiendo evolucionar para adaptarse a las nuevas exigencias de los consumidores y a las necesidades del planeta.

Artículos relacionados