En Can Fisa, situado en la zona alta de Corbera de Llobregat, a solo 18 km de Barcelona, la sostenibilidad es una realidad palpable en cada uno de sus rincones y un objetivo por el que trabajan día a día. Inspirándose en el espectacular paisaje que tiene a su alrededor, muy cerca de las montañas de Ordal, este hotel familiar ha encontrado una forma única de equilibrar el respeto por el medio ambiente con la experiencia de sus clientes.
“Hemos crecido conviviendo con este entorno y estamos convencidos de que trabajar para mantenerlo es la mejor forma de seguir adelante”, afirma Marc Fisa, gerente del hotel. Esta convicción ha llevado a Can Fisa a adoptar varias medidas para reducir el impacto ambiental de su operativa. De entre todas ellas, hay una que destaca especialmente: la convivencia con las golondrinas que, año tras año, vuelven al hotel para criar.
Una simbiosis natural
Con el inicio de la primavera, a finales de marzo, las golondrinas llegan puntualmente a Can Fisa, migradas desde África, para empezar su ciclo de cría. “Nos fascina que sean capaces de recorrer miles de kilómetros y, medio año después, vuelvan a su nido en nuestro parking de Corbera de Llobregat”, comenta Fisa.
La colonia ha ido creciendo con los años y ahora ya forma parte de la vida diaria del establecimiento, a la que se han adaptado perfectamente. Cada mañana, las aves esperan pacientemente que se abran las puertas del aparcamiento para salir en tromba en busca de alimento y de materiales para sus nidos. Al finalizar el día, antes de que cierren las puertas, vuelven para refugiarse de los depredadores y la intemperie.
El espectáculo natural se ha convertido en una parte inseparable del hotel Can Fisa; el canto y el vuelo de las golondrinas cautivan a todos los que recalan en el establecimiento. Además, esta convivencia ofrece ventajas sorprendentes, como la reducción de la población de mosquitos y otros insectos durante los meses de verano, lo que se traduce en menos picaduras.
Aunque la presencia de las golondrinas también genera ciertos inconvenientes, como la necesidad de incrementar los esfuerzos de limpieza, el equipo del hotel lo considera un precio pequeño para contribuir a la conservación de esta especie migratoria. “El balance es positivo”, asegura Fisa, que ha integrado la convivencia con las golondrinas como una parte del día a día del hotel. “Con la llegada de la primavera, ya las esperamos con ilusión y, a finales de verano, les deseamos buen viaje y hasta el año próximo”, añade.
Compromiso con la sostenibilidad turística
El cuidado de los nidos de golondrinas forma parte de una filosofía de sostenibilidad más amplia que se extiende a todas las áreas de la gestión del hotel. “El entorno forma parte del valor añadido de nuestro establecimiento y decidimos conservarlo trabajando de una forma sostenible”, explica el gerente de Can Fisa. Por ello, forman parte del Compromiso para la Sostenibilidad Turística Destino Barcelona, una iniciativa que les ha ayudado a entender que la sostenibilidad va mucho más allá de acciones aisladas. “Formar parte de este compromiso significa ser conscientes de que prácticamente todas las decisiones que tomamos tienen un impacto y que debemos actuar en consecuencia”, apunta.
Así, en los últimos años Can Fisa ha dado pasos significativos en la mejora de la eficiencia energética, que han permitido reducir el consumo de electricidad en un 17 %, a pesar del aumento de la ocupación del hotel. Para conseguirlo, han instalado paneles fotovoltaicos para generar energía renovable y sistemas de climatización más eficientes, además de sustituir casi toda la iluminación del hotel por tecnología LED.
En cuanto al consumo de agua, el establecimiento ha incorporado reguladores de caudal en los grifos y ha cambiado las bañeras por duchas en los baños reformados, un paso que contribuye a un uso más racional del agua, especialmente en una zona donde los recursos hídricos pueden ser limitados.
Otro pilar fundamental en la sostenibilidad de Can Fisa es su apuesta por la gastronomía de proximidad. “Nuestro territorio presenta un abanico muy extenso de productos de calidad y de gente que hace muy bien las cosas”, afirma Marc Fisa. Por este motivo, el hotel prioriza alimentos de productores locales o del resto de Cataluña, lo que enriquece su propuesta gastronómica y permite ofrecer a los clientes una experiencia culinaria auténtica y sostenible.
El compromiso de Can Fisa se refleja en todas las facetas del hotel, una apuesta que, según Fisa, tiene un retorno positivo para el planeta y la comunidad local, pero también para el propio establecimiento. “Estamos convencidos de que tenemos que trabajar para hacer las cosas de forma más sostenible, tanto por el respeto que tenemos a nuestro entorno como por los beneficios económicos que estas acciones pueden generar a largo plazo”, concluye.